Encontrar una abolladura en el coche siempre es desagradable. Tan solo en los coches clásicos se valoran y respetan las huellas de uso como «pátina». Para los vehículos de uso diario, en cambio, cada abolladura supone siempre una pérdida de valor. Como una renovación completa de la chapa externa en un taller profesional especializado en carrocerías puede salir muy caro, vale la pena intentarlo en casa. En este artículo le daremos algunos consejos para que sea capaz de eliminar las abolladuras del coche.
Lo que se puede hacer y lo que no
Las abolladuras del coche son pequeñas hendiduras en la chapa externa. Un lego no se capaz de arreglar un daño por accidente o incluso un bastidor deformado. En principio, cuanto más suaves y redondeados sean los bordes exteriores de una abolladura, más fácil será su reparación. En cambio, si el borde está afilado y doblado, los medios caseros pueden no dar resultado.
Empecemos con estos consejos que puedes seguir:
Agua hirviendo
Es muy sencillo reparar abolladuras con agua hirviendo. Solo tienes que verter el agua en la zona afectada y ejercer presión por la parte posterior –si es posible acceder a ella- y en dirección contraria al bollo hasta lograr que vuelva a su sitio original.
En caso de no ser posible ejercer la presión desde la zona posterior, lo que hay que hacer es usar una ventosa o un desatascador convencional y tirar hacia fuera afuera. También se puede echar agua fría justo después de la caliente para que el cambio de temperatura contraiga la chapa y facilite su reparación.
Segundo intento: El desatascador
Si el abolladura es suficientemente grande como para usar un desatascador (¡nuevo!), entonces ya está en buenas condiciones para que la reparación sea un éxito. Tras aplicar agua caliente sobre la abolladura, se coloca el desatascador sobre ella y se tira con fuerza. Con este método es posible arreglar buenamente en la mayoría de los casos abolladuras grandes y planas. Para bollos más pequeños se necesita, por tanto, una ventosa más pequeña. Las ventosas de los soportes de móvil, por ejemplo, son ideales. Los soportes de alta calidad suelen tener ventosas muy fuertes y pequeñas con las que se puede aplicar una fuerza muy elevada sobre la chapa. También puede buscar «ventosas para cargas pesadas» en el comercio, que, por lo general, solo suelen costar unos pocos euros.
Pegamento termofusible
Atravesamos unos tacos de madera con un clavo. Ponemos pegamento termofusible en uno de los extremos de los tacos y los colocamos donde está el bollo. Cuando el pegamento se enfríe tiramos del taco mediante el clavo, hasta que la chapa vuelva a su sitio. Para quitar los tacos basta con girarlos hasta que se despeguen. Con alcohol podemos eliminar las marcas de pegamento en la chapa.
Masillar – lijar – reparar
Por lo tanto, una abolladura menos abultada ayuda a reducir el grosor de la capa de masilla. Antes de aplicar la masilla se lija el barniz ligera o completamente. A continuación se aplica una capa de imprimación. Dado que en este punto ya se rocía pintura, conviene enmascarar todo a conciencia. Una reparación de la pintura de «borde a borde» es siempre la mejor opción. Es prácticamente imposible lograr una transición limpia en la superficie. Los nervios y bordes son ideales para enmascarar. En puntos más pequeños y coches mayores también es posible aplicar el barniz nuevo en casa. Lo importante aquí es usar siempre el color exacto. Este puede obtenerse en el concesionario previa presentación del documento de registro del vehículo.